El número es la base interior de todas las cosas

26 de mayo de 2018

El número es la base interior de todas las cosas


 Una expresión de la unión perfecta de lo masculino y lo feminino; la forma y la expresión de la forma. ¿Es imposible separarlos? ¿Sería la rosa tan bella si su estructura fuese construida de acuerdo a reglas diferentes? ¿Todavía sería una rosa?
Si es que la forma geométrica perfecta de una rosa es en realidad la razón de su belleza y expresión de amor, nos estamos planteando algunas preguntas muy interesantes; preguntas a las que grandes filósofos como Pitágoras dedicaron su vida.
También nos invita a hacernos la pregunta de cómo podemos entendernos a nosotros mismos, nuestro amor e incluso la razón por la que estamos aquí si no investigamos la forma que nos creó a nosotros y al universo. ¿Será el secreto de Dios?
Pitágoras decia:
  • "El número gobierna el universo."
  • "El número es el gobernante de las formas y las ideas, y la causa de dioses y demonios."
  • "La geometría es el conocimiento de lo que existe eternamente."
  • "El número es la base interior de todas las cosas." "Todo es número."



Estas declaraciones me pararon en seco. ¿Cómo hemos podido alejarnos tanto de la belleza del número y la manera de verlo como la exquisita base de la creación? Tal vez son "las matematicas de la escuela" las que nos han desconectado de sus secretos y, en efecto nos aislan de la verdad poética y la belleza que se esconde allí.
Pitágoras no era sólo un matemático aburrido. Fue un gran pensador y filósofo y uno de los primeros precursores del vegetarianismo y creyó que la humanidad no se detendría en sus guerras, matandose unos a otros hasta que nos dejemos de matar a los animales. Estos son algunos de los dichos que se le atribuyen.
  • "En este teatro de la vida del hombre, solo Dios y los ángeles pueden ser observadores."
  • "Contentaté con hacer el bien, y dejar que otros hablen de tí lo que quieran."
  • Cállate o haz que tus palabras valgan más que el silencio."
Estas palabras son dignas de cualquier maestro o filósofo espiritual de nuestro tiempo. Dentro de las palabras de Pitágoras tenemos la filosofía de la belleza y de las matemáticas. Ambos están tan entrelazados y dependen el uno del otro, tejiendo juntos la verdad expresada del Yin y el Yang.


Nos hemos distanciado mucho de la comprensión de la bendición espiritual del número y la geometría. Siento que los tesoros por encontrar pueden rectificar esto y que no podemos comprender plenamente quienes somos y nuestro viaje espiritual sin abrazar este conocimiento. Número y geometría estaban íntimamente entretejidos en la cultura de las antiguas civilizaciones. La sabiduría del antiguo Eqipto se conserva en las pirámides; los mayas median el tiempo a través de las proporciones de sus templos; la gran cultura Griega se expresa en los pilares de la Acrópolis; los masones de Babilonia mantuvieron una gran fuente de misterio; y la grandeza y la belleza de las catedrales cristianas y minaretes islámicos todas conservan el testimonio de la relación del número, la belleza y la sabiduría. El conocimiento práctico de las matemáticas y la geometría crea una expresión duradera de la riqueza de una cultura.


Los simbolos de Reiki, la sanación de Reiki y las iniciaciones dependen de las formas geometricas. Una iniciación de Reiki se hace posible gracias a las formas geométricas sagradas de los simbolos impactando sobre el patrón de nuestra conciencia. Cuando nos fijamos en los símbolos, desde el punto de la geometría sagrada, podemos ver cómo se expresan muchas de las mismas cualidades de los patrones geométricos de la rosa. Es la mismisima expresión del amor divino. Estan las lineas rectas y los angulos rectos masculinos que mueven la conciencia a través de los niveles dimensionales. Y esto está conectado con la forma circular feminina y la espiral que son los bloques de construcción de la vida misma.


Cuando entendemos y abrazamos la sagrada forma en la que todo está construido tendremos la herramienta espiritual más poderosa. Somos seres conscientes y la conciencia se construye, como la rosa, de forma sagrada. Y esa forma es el amor. Leonardo da Vinci mostró cómo el cuerpo fisico se basa en la geometria sagrada y que es por eso que puede expresar la belleza y el amor. La demostración definitiva de esto es la estatua del David de Miguel Ángel. 


 Yo tuve la suerte de visitar a Florencia y ver la estatua antes de que se convertiera en una atracción turística masiva. La belleza de la estatua de David domino el espacio y totalmente captura la atención de uno. No era sólo el exquisito mármol en el que está tallada que es abrumador sino la belleza divina que está siendo irradiada desde la estatua simplemente porque expresa la perfecta forma divina y el amor que yo creo, es la verdadera naturaleza de la Humanidad.
El conocimiento de esto es, nuestro camino de vuelta a que al amor, la belleza y la sabiduría se incorpore a nuestra vida cotidiana. La práctica de la meditación que se conoce como Merkabah se basa en la geometria sagrada. Esta permite al practicante encontrar un profundo sentimiento de amor y paz a todos los niveles. Se sintoniza el cuerpo de luz de forma sagrada. Kevin (mi marido) y yo trabajamos con estos principios durante 17 años y se transladó a Luxor, Eqipto con el fin de vivir junto a los templos que se construyeron con esta sabiduría. La práctica incluye una limpieza y activaciones profundas. La simplicidad es la clave, porque cuando se entiende como una expresión de las matemáticas y la geometría divina es fácil, muy fácil. ¿Cómo puede ser difícil si es la escencia de nuestra expresión de amor y de conocimiento de lo que realmente somos? 


La vida siempre traerá retos, pero a partir de la quietud en el centro de la tormenta podemos encontrar el equilibrio y la fuerza y la compasión para apoyar a otros. La meditación del corazón de oro Merkabah nos permite encontrar el equilibrio y la fuerza a través de la fuerza del amor.



© Christine Core 
 Artículo publicado en inglés, en este link el artículo original: http://www.moretolifemag.co.uk/2014/05/1748/

© traducción de Linda Dawn Wheeler Bryant